martes, 2 de junio de 2015

El voto nulo, y como no es “casi lo mismo que el abstencionismo” (O: “Este 7 de junio, vota”)


Hay un fenómeno que está ocurriendo y diseminándose como fuego en redes sociales, y que lamentablemente ya varios medios lo han reproducido, y en lo personal, encuentro esto muy preocupante: La condena y ataque contra el voto nulo.

Todo empezó con un tendencioso video presentado por un académico de la UNAM llamado Roberto Duque, a quien, por cierto, yo no había escuchado nombrar hasta estas elecciones. En pos de un sano debate, aquí dejo el video:


Empecemos por el hecho de que más de la mitad del video se centra en cómo el voto nulo no sirve para nada porque “el pastel” (entiéndase como las prerrogativas que obtienen los partidos de acuerdo a la cantidad de votos alcanzados) se van a repartir sea como sea. Esto es cierto, el pastel se va a repartir, lo que no te dice, es que aun cuando sólo 10 personas en todo el país voten, ese pastel se va a repartir, esta situación está totalmente desconectada del voto nulo.
La otra parte, y para mí la peor de todo el video, es cuando este personaje dice “habrá que ir y votar […] por la (opción) menos mala”. Y es de ahí de dónde va el resto de este texto.

En México tenemos varias “opciones menos malas” que se han dedicado a desgastar al país. Es más, vamos  a nombrarlas de manera directa: Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Partido del Trabajo (PT), Movimiento Ciudadano (MC) y Partido Nueva Alianza (PANAL). ¿Acaso no hemos escuchado cómo algunos de estos partidos o sus integrantes han violado sistemáticamente la ley en días recientes, sin ninguna consecuencia para ellos? ¿Cuántas veces no hemos escuchado cómo algunos de estos partidos sirven más como un negocio familiar que como fuerza política? Atención amigos, estos son, bajo el concepto de “los partidos grandes son malos”, los males menores a los que se refiere Duque en su video.
Y agárrense, ya que para estas elecciones se nos vienen, por lo menos tres nuevos “males menores” a la lista nacional: Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Partido Humanista y Partido Encuentro Social (PES).

“Pero es que estos partidos pueden llegar a ser oposición en el Congreso”, si, si, queridos lectores. Ya ha habido quienes me han dicho esto, en pláticas que he tenido sobre este mismo tema. ¿Realmente serán oposición? ¿O sólo serán pericos que repitan todo lo que su partido ancla digan? Ahí está el ejemplo del PVEM, incondicional de todo lo que diga, no diga o proponga el Partido Revolucionarios Institucional (PRI), al igual que el PANAL, pero en menor medida, o el PT y MC, que si el PRD (y tal vez ahora MORENA) dice salta, ellos preguntan qué tan alto. ¿Tenemos acaso una oposición real en México con esos “males menores”?

El voto nulo, cuando empezó fuerte, allá por el 2009, salió con una consigna muy sencilla: Estamos cansados del sistema partidista vacío y sin propuestas. Y las cosas no han cambiado mucho al día de hoy. Pero es una mentira que el voto nulo no haya servido de nada, al contrario, varias de las propuestas de la Reforma Electoral salieron de entre quienes promovieron el voto nulo. Claro que sirve de algo, si bien no tiene representación legal, si tiene consecuencias reales.

El voto nulo es una forma de manifestación, de protesta. ¿En contra de qué? En contra de un sistema electoral y partidista podrido. Nada más vean las campañas que se desarrollaron en estos meses. Llenas de música, regalos, fiestas y alabanzas para los candidatos, pero muy faltas de propuestas reales y concretas. Fue una mínima parte de los candidatos quienes se adhirieron a la propuesta “3 de 3”. Tuvimos campañas llenas de “rock stars” que se empeñaron en promover su imagen, y no sus propuestas.

Yo apoyo el voto nulo, porque creo que en este país necesitamos y merecemos mejores políticos. Porque no estoy conforme con la falta de propuestas, con la corrupción, con los conflictos de interés, y con la falta de consecuencias para quienes rompen la ley. El sistema está podrido, los candidatos son mediocres, ¿realmente queremos legitimar eso? ¿Realmente queremos legitimar la mediocridad? Al votar por el “menos malo” eso es lo que hacemos. Diciéndole a los partidos que aceptamos de manera gustosa su mediocridad.
Yo creo que no hay que votar por “el menos peor”, yo creo que deberíamos de exigir lo mejor. No creo que el voto nulo vaya a dar a los partidos “una lección, un golpe moral, un baño de conciencia”. Pero lo que sí creo es que el voto nulo tiene mucho poder. Alguien va a ganar, claro, aunque sea con un voto, pero va a ganar. Pero ¿qué pasa si el voto nulo tiene el porcentaje más alto de la votación? No es un abstencionismo, no. Es gente que fue y voto nulo, porque no creyó en ningún candidato, porque no hubo nadie que considerara lo suficientemente bueno para gobernar. ¿Con qué legitimidad va a poder gobernar esa persona? Ni siquiera sería cuestión de “perdió la contienda ante otro candidato”, no es simple y sencillamente una “victoria técnica”. Esa persona estaría bajo el escrutinio constante de una población que no lo llevó a ganar. Esos son los poderes del voto nulo. No legitimar la mediocridad, y definitivamente no legitimar a personas que no están capacitadas para gobernar. El poder de buscar, y eventualmente tener, algo mejor.

Y hay por ahí quienes dicen que quienes promovemos el voto nulo estamos invitando a no votar. Déjenme quitar ese mito: El voto es un derecho y una obligación. Este domingo 7 de junio hay que salir a votar. Yo no estoy diciendo por quién, es más ni siquiera estoy diciendo que hay que salir a anular el voto. Lo que si estoy diciendo es que no se vale aplicar el abstencionismo y luego estarse quejando por cómo están las cosas en el país. Por eso yo invito a todos los que lean este texto, y pensaban en no ir a votar, a que reconsideren su posición. Salgan a votar, ejerzan ese derecho, tomen el control de lo que pasa en el país. Tu voto es tu voz. Repito: Este 7 de junio, vota.

Para terminar, les dejo otro video, también en pos de un debate sano, de Denise Dresser, hablando a favor del voto nulo


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